El rey

Le habían dicho que debía estar orgulloso de ser rey. Y serlo tenía sus ventajas: por ejemplo, si él quería, todos los días podía comer chocolate. Claro que si comía mucho chocolate, fuera o no rey, le dolía la panza.
Pero no lo dejaban ir a la plaza. Eso le molestaba mucho.
La verdad es que no era bueno ser rey.

Peinado

No sean malos. Yo me peiné antes de salir de casa. ¿Pero no notaron el viento que hay??

Arco iris

Le dijeron que el arco iris, como la felicidad, siempre se ve sobre la casa del vecino, nunca sobre la propia. Entonces ella, que no se dejaba doblegar por cuestiones de perspectivas, dibujó sobre su casa un enorme arco iris.

¡Qué día!

¿Esa nube me sigue a mi???

Ojos

Quizás es tiempo de alzar la dulzura como escudo y mirar alrededor, al futuro, al pasado, a los días y a las noches, a las calles y a las esquinas, con enormes ojos esperanzados.