Le habían dicho que debía estar orgulloso de ser rey. Y serlo tenía sus ventajas: por ejemplo, si él quería, todos los días podía comer chocolate. Claro que si comía mucho chocolate, fuera o no rey, le dolía la panza.
Pero no lo dejaban ir a la plaza. Eso le molestaba mucho.
La verdad es que no era bueno ser rey.
martes, 29 de septiembre de 2009
sábado, 19 de septiembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
Arco iris
martes, 8 de septiembre de 2009
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