
¡Y todos me llaman Manuelita! Los amiguitos de mi dueño Joaquín, la prima Esther, el vecino almacenero, cuando me encuentra en la vereda, buscando un lugar en donde me llamen por mi verdadero nombre...
"Se te escapó Manuelita", dicen todos, ¡una y otra vez lo mismo! El papá, la mamá, los chicos del jardín...
Y el gato lo sabe y mientras intento dormir, maulla: "¡Manueliiiitaaaaa!!" Por eso le mordí la cola. ¡Mi nombre es Filomena! No Manuelita... Que quede claro.