Bueno, está bien, Anette sabía que no estaba lloviendo.
Pero, ¿por qué salir a la calle con paraguas solo cuando llueve? A ella le gustaba mucho su paraguas.
Él, como todo buen amigo, nunca se quejaba de su inutilidad bajo el cielo limpio.
A veces saludaba a la única nube con la resignación de quien espera a la lluvia. Pero tiene paciencia.
Y cada tanto, llovía.
3 comentarios:
qué bueno qu8e hayan vuelto!
beso a ambas
A mí también me gusta mi paraguas, y una vez que había mucho solo lo usé de sombrilla. Y yo feliz.
Besos a las dos.
Se les echaba de menos, son lindos los paraguas, incluso para el sol...besitos.
Publicar un comentario